¿Qué es la inteligencia emocional?


¿Qué es la inteligencia emocional?. La inteligencia emocional es el título de un libro publicado por Daniel Goleman que se convirtió en un bestseller en Estados Unidos y que también fue muy leído en el resto del mundo. La tesis parte de que existen personas que son muy capaces intelectualmente hablando, pero que emocionalmente son un auténtico desastre y sufren problemas de relación con otras personas o de otro tipo, siempre con respecto al control de las emociones. Es sabido que la neurofisiología siempre ha preferido estudiar temas más fáciles y accesibles, como son el funcionamiento de la corteza cerebral o de los órganos de los sentidos. Pero existe todo un sistema más antiguo filogenéticamente hablando al que llamamos sistema límbico y que es responsable de nuestros afectos y emociones. Este sistema es también el que se encarga de las respuestas rápidas en situaciones de estrés, en donde es necesaria la protección del organismo y su supervivencia. Mucho peor estudiado ha sido el tema de algunas monografías recientes, como El cerebro emocional, de Joseph Ledoux.

El sistema límbico agrupa una serie de estructuras que están en relación, como hemos dicho, con emociones y afectos, pero también con la memoria y su almacenamiento, de manera que la decisión de qué se almacena en la memoria depende de este sistema. De ahí que los contenidos de la memoria que tienen una alta carga emocional se graben en la memoria con mayor intensidad que los que no la tienen. Somos capaces de recordar sucesos con alta carga emocional que sólo se produjeron una sola vez en la vida y, sin embargo, tenemos que repetir una y otra vez contenidos que queremos aprender pero que son áridos y sin ninguna relación con nuestro mundo emocional. Una de las estructuras del sistema límbico es el hipocampo, que está en relación con la memoria espacial y la transcripción de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Recientemente se ha comprobado con técnicas modernas de imagen cerebral que los taxistas londinenses tienen un hipocampo mayor que el ciudadano normal, muy probablemente por el ejercicio de orientación espacial que tienen que hacer a diario. Esta capacidad del organismo ha sido muy útil para saber dónde se encuentran los alimentos que han sido escondidos, para la localización de predadores o compañeros sexuales, o el lugar donde se encuentran las fuentes de alimentación.

Muy conocido en neurología es el caso de un paciente en Estados Unidos que fue operado para extraerle focos epilépticos con la extirpación de ambos hipocampos. El paciente, que ha pasado a la historia con sus iniciales H. M., ya no podía almacenar nada de lo que vivía durante el día. Al cabo de una hora aproximadamente todo desaparecía de su memoria. Lloraba siempre que le decían que un tío suyo muy querido había muerto, porque no recordaba que se lo hubieran dicho anteriormente. Otra estructura límbica importante es la amígdala que le da a todo lo que vivimos un tinte emocional; aparte de esa función, también detecta las señales de peligro potencial para el organismo y desencadena respuestas del organismo que sirven para su protección. En el sistema límbico se encuentran asimismo estructuras que son la base del placer y del displacer, sistemas importantes en nuestra vida cotidiana. Curiosamente, las estructuras cuya activación producen satisfacción, placer o gratificación son más numerosas que las que producen sensaciones desagradables. Es posible que esto explique por qué olvidamos con mayor facilidad las experiencias desagradables y conservamos la memoria de las agradables, que hacen que tengamos una actitud positiva ante la vida. 

En cualquier caso, la definición de inteligencia emocional es muy difícil; en primer lugar, porque no sabemos todavía qué es la inteligencia, y sobre todo, si estamos hablando de una sola cosa. Y en segundo lugar, porque los intentos que el ser humano ha hecho a lo largo de la historia por controlar sus emociones no han dado resultado. Todo el sistema emocional trabaja de manera inconsciente y sólo una pequeña parte se nos hace manifiesta. Los partidarios de esta nueva moda afirman que podemos, si nos esforzamos, controlar nuestras emociones, pero los resultados están aún por ver. Desde el punto de vista de la neurofisiología, es importante que se haga hincapié en el hecho de que hasta ahora el sistema emocional ha sido tratado de manera despectiva o, al menos, no con la importancia que realmente tiene. El neurólogo norteamericano de origen portugués Antonio Damasio ha puesto énfasis en el hecho de que muchos de sus enfermos, cuando tienen lesiones en el sistema límbico, también se ven afectados en sus funciones mentales más elevadas. Esto no es de extrañar, ya que, desde el punto de vista evolutivo, la corteza cerebral no ha surgido de la nada, sino que se ha desarrollado a partir de estructuras cerebrales más antiguas, como lo son las que componen el sistema límbico.

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